La muerte del arte hegeliana
por Paula Sobrado
Según Argullol la muerte del arte hegeliana queda expresada a través de la dualidad nacimiento-muerte en el arte que se relaciona estrechamente con el desvanecimiento de lo trascendente. Esto produce en el hombre un sentimiento de orfandad tal como dice Argullol: “ese dios desconocido que ha salido de nuestros escenarios y al que, en ciertos momentos, imploramos su retorno”. El hombre persigue una forma de lo divino, lo trascendente. Este estigma de orfandad va acompañado de un sentimiento de libertad surgido del arte posterior a la “muerte del arte” que se constituye en autoconciencia o mejor aún en “exceso de conciencia” como consecuencia de la supremacía de la subjetividad. La pregunta que se plantea Argullol es si ¿existe el arte? Para contestar a este interrogante es preciso buscar las relaciones entre lo que hoy en día se llama “arte” y lo que se denominó arte en la historia de occidente dado que en el siglo XIX se produce un cambio violento que propicia la crisis de la tradición clásico-renacentista y el surgimiento del arte moderno.
La revolución moderna generó la contrarrevolución moderna dando origen a la adulteración de las expresiones artísticas. Las experiencias estéticas se ven neutralizadas por factores disolventes. Estos son: en primer lugar, la autoconciencia del arte que le viene dada desde el exterior a través de la teoría y la crítica en lugar de la práctica. Argullol cita como ejemplo las vanguardias históricas que se transforman en experimentación bajo la guía de la teoría. En segundo lugar la pérdida de la intempestividad que en otras palabras es la pérdida de fuerza y el conformismo que propician los medios de comunicación. Se abandonan las búsquedas creativas en pos de la opinión pública. El tercer factor es consecuencia de los otros dos y es la “pérdida del alma” ocasionado por la falta de cuestionamientos y búsquedas.
Gadamer plantea la muerte del arte hegeliana a través de tres predicciones del fin: a) el de la historia por Hegel, b) el de la metafísica por Comte y c) el de la filosofía por Nietzsche y Heidegger. El fin de la historia se concreta en la Revolución Francesa. Por otra parte la metafísica llega a su fin con el avance de la ciencia de acuerdo a lo expresado por Auguste Comte:”La era de la metafísica ha terminado. Hemos entrado en la era de la ciencia”. Por último y como consecuencia del avance de la técnica y el desinterés por la pregunta por el ser, Nietzsche y Heidegger plantean el fin de la filosofía.
Cuando desaparece la tradición cristiano-humanística desaparece el mito común, es decir la verdad que explica todo sin cuestionar si es cierto o no y que comprende a todos. A partir del fin de la metafísica occidental, Heidegger retoma la pregunta por la verdad en el arte que se ha puesto en marcha a través de una totalidad entre el pasado y el presente del arte, aunque es cierto que dicha integración produce una relación tensa. Según Heidegger: “El verdadero arte es un modo de anunciarse la verdad”. Como consecuencia del embotamiento que producen los medios en la sensibilidad del artista, éste tiene que luchar para que la fuerza de su obra llegue a los receptores efectivamente. Gadamer plantea que la tarea del artista es ofrecer un arte excéntrico “hasta el límite de lo incomprensible"”.
