Civilización y barbarie
por Paula Sobrado
El surgimiento de los conceptos de civilización y
barbarie en Europa tiene una estrecha relación con su aplicación en la realidad
argentina en el siglo XIX a partir de la interpretación de dichos conceptos
realizada por la generación del ¨37 en nuestro país.
Para comprender esto haremos ciertas aclaraciones:
Kant afirmó que la Ilustración es "la salida de un
estado de inmadurez culpable...La pereza y la cobardía son las causas por las
que gran parte de la humanidad permanece gustosamente en ese estado de
inmadurez". Cabría preguntarse si un africano, un indígena en
México o un mestizo latinoamericano deben ser considerados en dicho estado
de inmadurez culpable.
Ahora veamos como Hegel toma el pensamiento kantiano y
explica como la historia mundial es un camino hacia la Ilustración. Y aquí aparece
el concepto de desarrollo, que más tarde sería tomado por Marx y de
éste pasaría a la economía y a la sociología del desarrollo. Según Hegel:
"La historia va del Oriente hacia el Occidente. Europa es absolutamente
el fin de la historia universal ...La historia universal es la disciplina de la
indómita voluntad natural dirigida hacia la universalidad y la libertad
subjetiva" (Hegel, Filosofía de la historia universal)
"El mundo se divide en el Viejo mundo y en el Nuevo
mundo. El nombre del Nuevo mundo proviene del hecho de que América...no ha sido
conocida hasta hace poco para los europeos. Pero no se crea que esta distinción
es puramente externa. Aquí la división es esencial. Este mundo es nuevo no sólo
relativamente sino absolutamente; lo es con respecto a todos sus caracteres
propios, físicos y políticos...El mar de las islas, que se extiende entre
América del Sur y Asia, revela cierta inmaturidad por lo que toca también a su origen...No menos presenta
la Nueva Holanda caracteres de juventud geográfica, pues si partiendo de las
posesiones inglesas nos adentramos en el territorio, descubrimos enormes ríos
que todavía no han llegado a fabricarse un lecho...De América y de su grado
de civilización, especialmente en México y Perú, tenemos información de su
desarrollo, pero como una cultura enteramente particular, que expira en el
momento en que el Espíritu se le aproxima...La inferioridad de estos
individuos en todo respecto, es enteramente evidente...En lo que se refiere a
sus elementos , América no ha terminado aún su formación ...América es por
consiguiente, la tierra del futuro. En tiempos futuros se mostrará su
importancia histórica...Mas como país del futuro América no nos interesa, pues
el filósofo no hace profecías" De este modo América
(en particular Latinoamérica) queda excluída de la historia universal. Lo
mismo ocurre con África: "África es en general una tierra cerrada,
y mantiene este su carácter fundamental...Entre los negros es en efecto,
característico el hecho de que su conciencia no ha llegado aún a la intuición
de ninguna objetividad, como, por ejemplo, Dios, la ley, en la cual el hombre
está en relación con su voluntad y tiene la intuición de su esencia...Es un
hombre en bruto...África no tiene propiamente historia. Por eso abandonamos
África para no mencionarla ya más. No es una parte del mundo histórico; no
presenta un un movimiento ni un desarrollo histórico...Lo que entendemos propiamente
por África es algo aislado y sin historia..." Ahora pasamos a ver
que ocurre con Asia: "Es la parte del mundo donde se verifica el
comienzo en cuanto tal...Pero Europa es absolutamente el Centro y el Fin
del mundo antiguo y el Occidente en cuanto tal, el Asia el absoluto
Oriente"
Ésta es la línea de pensamiento que tomó la generación del
´37(Sarmiento, Alberdi, Gutierrez, Sastre) aunque con ciertas diferencias. Es
el caso de Sarmiento que bajo la influencia de George Bancroft, autor de diez
volúmenes de la historia de EE.UU., "father of the American history" y
alumno de Hegel, establece las nociones de "civilización y barbarie".
Queda bien claro su "discurso civilizatorio" en el
"Facundo": en primer lugar hay un momento descriptivo de Facundo
Quiroga y su barbarie y en segundo lugar hace la proyección de lo que debería
ser la civilización que no deja de ser utópico. Cabe agregar que la generación
del '37 creía que “el poder, la riqueza y la fuerza de una nación dependen de
la capacidad industrial, moral, e intelectual de los individuos que la
componen; y la educación pública no debe tener otro fin que el aumentar estas
fuerzas de producción, de acción y de dirección, aumentando cada vez más el
número de individuos que la posean. La dignidad del Estado, la gloria de una
nación no pueden ya cifrarse, pues, sino en la dignidad de condición de sus
súbditos. Hay además objetos de previsión que tener en vista al ocuparse de la
educación pública, y es que las masas están menos dispuestas al respeto de las
vidas y de las propiedades a medida que su razón y sus sentimientos morales
están menos cultivados. [..] Téngase presente además, que los Estados
sudamericanos pertenecen a una raza que figura en última línea entre los
pueblos civilizados.”( “De la educación popular”, Domingo Faustino Sarmiento,
1849)